La expansión de los saladeros en las provincias del litoral, principalmente en Buenos Aires y Entre Ríos se constituyó en la principal industria en nuestro territorio. En estos establecimientos se producían grasas, sebo, cueros y tasajo que era exportado a los mercados esclavistas de Cuba y Brasil.
El año de la fundación del primer establecimiento se enmarcó enlos tiempos de la caida de Alvear. En ese momento el Cabildo de Buenos Aires debió asumir el mando político disolviendo la Asamblea y convocando a los vecinos de Buenos Aires para votar electores que designaran a un nuevo Director Supremo. Una vez más los porteños tomando las decisiones por el conjunto del territorio aunque no hay que desmerecer lo que fue la revolución de 1815 que se proclamó como popular y federal.
Entre los que sacaron del poder al tirano Alvear fueron Soler, Agrelo y Dorrego junto al sector más conservador de la sociedad como lo eran los hacendados, saladeristas y exportadores que dirigian las decisiones del Cabildo. Un dato, muchos de los que en este momento se denominaban federalistas luego los vamos a encontrar apoyando el centralismo promonarquico.
Debemos mencionar que fue en este momento cuando se redacta un Estatuto Provisional donde en uno de sus artículos se menciona que se debía invitar a las ciudades y villas de las rpovincias del interior a que envíen diputados a la ciudad de Tucumán. Siendo esta la decisión política que daría origen al Congreso que declararía nuestra independencia.
Los saladeros es una actividad que empleaba mucha mano de obra y que su producción se incerta en el comercio internacional de un incipiente sistema capitalista en expansión. Estos establecimientos contribuyeron positivamente a la economía rioplatense al aprovechar aprovechar íntegramente al ganado vacuno. Recordemos que hasta el momento se podría llegar a matar una vaca para comer "un asado" y se desperdiciaba el resto del animal.
Con los saladeros la producción se orgniza para intentar conseguir el máximo rendimiento del animal. El principal producto era el tasajo que era exportado a las Antillas y a Brasil como alimento para los esclavos pero también se utilizaba el sebo y la grasa para la fabricación de velas, jabón y lubricantes para cueros y para el alumbrado público. También se obtenian otros subproductos como carne ahumada, lenguas saladas, cueros, cornamentas y crines
Llegaron a desarrollar técnicas para curtir los cueros convirtiendo a las estancias en verdaderas empresas comerciales e industriales.
Unos años más adelante, los mataderos y saladeros iran incorporando nuevas técnicas en la faena y el aprovechamiento de los animales con la ayuda de la ciencia. En este sentido debemos mencionar los aportes del químico Antonio Cambaceres.
Esto demuestra la falsa idea de que Juan Manuel de Rosas es el responsable del atraso económico de la región ya que el futuro restaurador, se encontraba desarrollando lo que se podría denominar la primera industria nacional. El primer primer saladerode Rosas se llamaba Las Higueritas y se encontraba ubicado en Quilmes. Desde la crítica liberal se ha intentado crear la falsa imágen de que esta estancia tenía una organización de carácter feudal cuando en realidad se trataba de un inicio del desarrollo del capitalismo argentino.
El grupo de los principales propietarios de estos emprendimientos eran Juan Manuel de Rosas, Antonino Cambaceres, Juan Terrero, Luis Dorrego y Justo José de Urquiza.
A continuación les comparto un texto proveniente del portal Revisionistas que nos aporta más detalles sobre el tema.
En 1815, Juan Manuel de Rosas, quien por entonces contaba con veintidós años de edad, se asoció con su primer amigo Juan Nepomuceno Terrero y con Luis Dorrego (hermano de Manuel), bajo la razón social “Rosas, Terrero y Cía.”. Esta tuvo por objeto comercial la explotación ganadera y el acopio de frutos del país, así como también la salazón de carnes y pescados. Esta última actividad comenzó el 25 de noviembre de 1815 cuando inauguró lo que a la sazón sería el primer establecimiento industrial de los argentinos. El mismo, según Ibarguren (1), estaba ubicado en un lugar denominado “Las Higueritas”, a poca distancia del Riachuelo, sobre el camino Real a Quilmes y Ensenada.
Otros historiadores, revisionistas o no, aportan en sus escritos semejante información, coincidiendo en que el primigenio establecimiento industrial se encontraba ubicado en el entonces vasto partido de Quilmes.(2)
Pese a indicios y certezas, su ubicación no fue por todos conocida, sino cuestión de iniciados. Así, Teófilo Hirox Funes, en su “Ensayo histórico sobre la fundación de Lanús”, alude al tema incidentalmente calificándolo como suficientemente documentado, al señalar que: “Alguien dice que Juan Manuel de Rosas fundó mucho más allá, y mucho tiempo antes, un saladero de activa vida industrial. La referencia parece cierta y documentada pero conviene situarla al margen de esta enumeración, ya que su ubicación precisa debió estar en las cercanías de Monte Chingolo…”.(3)
En un trabajo publicado en 1989 por la Sociedad de Arquitectos de Lanús, puede leerse respecto a “Las Higueritas” que: “Junto al camino principal de acceso habían hallado restos de piletones de ladrillo vasco de 1.20 m de profundidad. En ese lugar no crecía nada debido al salitre que afloraba. Este hecho alimentó la idea de que allí había funcionado un saladero. En la década del treinta llegó una comisión buscando un sauce, un paraíso y un ombú que presumiblemente rodeaban una construcción en la que, a partir de 1815, funcionó un saladero perteneciente a la sociedad integrada por Dorrego, Rosas y Terrero…”.(4)
El saladero funcionó en la casa aún existente, situada en la calle Magadalena 946 de Lanús Este, a una cuadra de la transitada Centenario Uruguayo y a 100 metros de las inactivadas vías del ex Ferrocarril Provincial. Fue construida en 1778 por el padre del general Wenceslao Paunero y consta de tres cuerpos contiguos de distintas alturas. Las paredes están asentadas en barro y conchilla. La fachada principal orientada hacia el Río de la Plata (SE) se encuentra hoy encerrada en el interior de la manzana y es pared de 0.90 m de espesor, asegurada con zunchos consistentes en dobles eses (S) y pernos de hierro que traban el conjunto.
Razones de habitación y cambio en la explotación económica hicieron que el edificio sufriera con el tiempo numerosas modificaciones en parte de su exterior e interior, conservándose la estructura general felizmente intacta. En el amplio salón donde presumiblemente funcionó la industria todavía puede verse el techo de ladrillos de tirantería de madera, vestigio de cegadas arquerías y ventanas coloniales con rejas de hierro forjado. Las azoteas, embaldosadas en rojo, ostentan la marca “Pierre Sacoman, de Marsella”.
En su actual frente, placas oscurecidas por el tiempo recuerdan la importancia de aquel asentamiento industrial. Las más antiguas datan de 1938 y 1940 y dicen así:
1) “Homenaje al primer establecimiento industrial argentino de carnes, creado en el país por el brigadier general Juan Manuel de Rosas. 25 noviembre 1815 – El Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas – 25 noviembre 1938”.
2) “Al primer establecimiento industrial argentino de carnes creado en el país en 125º aniversario de su fundación. El Centro Comercial de Lanús. 1815 – 25 de noviembre – 1940”.
En 1817 el saladero se trasladó a San Miguel del Monte, en la estancia “Los Cerrillos”. En ese mismo año, el Directorio, máxima autoridad de la época, dispuso la suspensión de esas tareas, debido a la escasez de carne para el abasto porteño. Los saladeros continuaron clausurados hasta 1819, en que vuelven a la actividad.
Referencias
(1) Ibarguren, Carlos – Juan Manuel de Rosas, su vida, su drama, su tiempo – Buenos Aires (1972).
(2) Celesia, Ernesto – Rosas, aportes para su historia – Buenos Aires (1954).
(3) ”Lanús” – Sexta página, (1963).
(4) Borejko, Diana, Espinosa Gloria y Yáñez, C. Leonor – “Lanús: de Rural a Urbano”.
Fuente
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Mignelli, José Luis – El saladero de Rosas, una reliquia provincial – Buenos Aires (1993).
Texto compartido del portal www.revisionistas.com.ar
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