馃寠 Del yate Granma a la Sierra Maestra: El 25 de noviembre de 1956, Fidel Castro, el Che Guevara y 80 insurgentes zarparon desde M茅xico hacia Cuba, iniciando la Revoluci贸n Cubana. En un peque帽o barco, desafiaron al r茅gimen de Batista, cruzaron tormentas y cambiaron la historia de Am茅rica Latina. ¿Mito o realidad? Reflexionemos sobre el legado de esta traves铆a. 馃専
Un grupo de 82 insurgentes, liderados por Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara, parti贸 en 1956 desde M茅xico para encender la chispa que derrocar铆a al r茅gimen de Batista.
El 25 de noviembre de 1956, un yate sobrecargado de armas, sue帽os y 82 revolucionarios cruz贸 el Golfo de M茅xico hacia Cuba. Aquella traves铆a, marcada por la precariedad y las tempestades, dio inicio a una lucha guerrillera que culminar铆a en 1959 con la victoria de la Revoluci贸n Cubana.
En la madrugada del 25 de noviembre de 1956, el yate Granma, un bote de recreo dise帽ado para apenas una docena de personas, parti贸 desde el puerto de Tuxpan, M茅xico, rumbo a Cuba. En su interior, viajaban 82 insurgentes liderados por Fidel Castro, quienes emprend铆an una peligrosa odisea para derrocar a Fulgencio Batista, el dictador que hab铆a usurpado el poder en 1952. Entre ellos se encontraba Ernesto "Che" Guevara, el m茅dico argentino que se convertir铆a en un s铆mbolo universal de revoluci贸n.
La traves铆a del Granma no fue f谩cil. Las aguas agitadas del Golfo de M茅xico pusieron a prueba tanto al bote como a sus tripulantes, quienes padecieron mareos, hambre y el temor constante de ser detectados por las fuerzas estadounidenses o mexicanas. Seg煤n relatos hist贸ricos, el barco iba tan sobrecargado de hombres, municiones y armas, que casi naufraga antes de llegar a las costas cubanas el 2 de diciembre de 1956.
El contexto pol铆tico y la promesa de liberaci贸n
El plan de los insurgentes no surgi贸 de la nada. Desde 1952, Batista hab铆a impuesto una dictadura que anul贸 las libertades civiles, persigui贸 a opositores y permiti贸 que Cuba se convirtiera en un para铆so para el capital estadounidense. Para muchos, incluido Fidel Castro, el r茅gimen simbolizaba la sumisi贸n econ贸mica y pol铆tica de la isla al imperialismo extranjero. La fallida asonada del 26 de julio de 1953 en el cuartel Moncada, liderada por Castro, marc贸 el inicio de su lucha revolucionaria.
Tras el fracaso, Fidel y sus seguidores se exiliaron en M茅xico, donde comenzaron a planear el regreso a Cuba con apoyo de aliados locales e internacionales. En este contexto, el Granma se convirti贸 en el veh铆culo no solo de una invasi贸n militar, sino tambi茅n de una ideolog铆a que promet铆a justicia social y soberan铆a nacional.
La llegada a Cuba y el inicio de la guerrilla
El desembarco en Las Coloradas, en la provincia de Oriente, fue desastroso. El retraso del Granma permiti贸 que las fuerzas de Batista detectaran a los revolucionarios. Una vez en tierra, el grupo fue r谩pidamente diezmado en los enfrentamientos iniciales, y solo 12 combatientes lograron replegarse hacia la Sierra Maestra, incluyendo a Fidel, Ra煤l Castro y el Che Guevara.
Desde esas monta帽as, el movimiento revolucionario comenz贸 una campa帽a de guerrilla que, con el tiempo, gan贸 el apoyo de campesinos, intelectuales y estudiantes descontentos con el r茅gimen. La estrategia de los rebeldes, basada en t谩cticas de guerra asim茅trica y una narrativa de justicia social, logr贸 debilitar al ej茅rcito de Batista.
El impacto del Granma: mito y revoluci贸n
Aunque en t茅rminos estrictamente militares el Granma no represent贸 una victoria inmediata, su significado pol铆tico y simb贸lico fue incuestionable. La epopeya de los 82 hombres que desafiaron la represi贸n y el mar encendi贸 la chispa de una revoluci贸n que en 1959 derroc贸 al r茅gimen de Batista.
Hoy, el Granma es un 铆cono de la resistencia revolucionaria y un recordatorio del impacto que un peque帽o grupo de individuos puede tener en la historia. Sin embargo, tambi茅n suscita preguntas inc贸modas: ¿Hasta qu茅 punto los ideales de justicia y libertad iniciales fueron traicionados por el autoritarismo que vino despu茅s? ¿Es posible separar el mito heroico de la realidad pol铆tica que lo sucedi贸?
A casi siete d茅cadas de aquella traves铆a, el Granma sigue navegando en la memoria colectiva como un s铆mbolo de la esperanza revolucionaria, pero tambi茅n como un llamado a reflexionar sobre los costos del poder.
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