Si pensás que sos futurista con tu monopatín eléctrico, te cuento que es una idea que se remonta a 1915

Conocido como Autoped, esta innovación marcó un hito en la historia del transporte, pero su éxito comercial nunca despegó.

El Autoped, concebido en 1915 por la Autoped Company de Long Island, fue un precursor audaz de los scooters modernos, destacándose por su diseño compacto y eficiencia en una era de cambios rápidos. Equipado con un motor modesto de 162 cm³, este vehículo ligero prometía revolucionar la movilidad urbana. Sin embargo, su impacto real fue eclipsado por una serie de desafíos comerciales y limitaciones de diseño que eventualmente sellaron su destino.

El vehículo presentaba un innovador sistema de manejo, donde el conductor se posicionaba de pie sobre una plataforma con neumáticos de 10 pulgadas, manejando la dirección y el acelerador mediante un manillar único. Esta configuración permitía plegar la columna de dirección después de su uso para facilitar su almacenamiento, una característica adelantada a su tiempo en términos de practicidad y espacio.

A pesar de sus avances técnicos, como la inclusión de luces delanteras y traseras, así como una caja de herramientas integrada, el Autoped no logró capturar el mercado masivo que anticipaban sus creadores. En parte, esto se debió a su producción limitada en Estados Unidos, donde cesó en 1921, y posteriormente en Europa bajo la dirección de Krupp, donde su fabricación también llegó a su fin en 1922.

Durante su breve vida comercial, el Autoped encontró nichos de uso entre carteros, policías y se rumorea, hasta entre gánsters, quienes apreciaban su capacidad de maniobra y su eficiencia en un entorno urbano congestionado. No obstante, su adopción no se generalizó, en gran medida debido a la competencia emergente y a las limitaciones de velocidad y alcance que ofrecía su motor modesto.

Hoy en día, la relevancia histórica del Autoped persiste, como lo demuestra su presencia en subastas donde unidades bien conservadas capturan la atención de coleccionistas y entusiastas de la historia del transporte. A pesar de su corta vida comercial, su legado como precursor de los scooters modernos es innegable, sentando las bases para desarrollos posteriores que transformarían radicalmente el panorama de la movilidad urbana.

En resumen, el Autoped fue más que un simple experimento tecnológico; fue un símbolo de la innovación temprana en el transporte motorizado ligero. Sin embargo, su historia también es un recordatorio de los desafíos inherentes a la introducción de nuevas tecnologías en un mercado competitivo y en constante evolución.