Cuando Argentina ocupó la capital de California - HISTORIANDOLA

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Cuando Argentina ocupó la capital de California

La vida de Hipólito Bouchard sinceramente la escuche por primera vez, de grande, después de haber cursado varios años de la carrera de historia. Concretamente lo escuché en un programa de radio en boca de Felipe Pigna. Son relatos que vaya a saber porque motivo, se olvidan de contarlo en la escuela secundaria, ni siquiera es mencionado, salvo por aquellos que llevan el orgullo nacional en sus entrañas.

El 9 de julio de 1817, en el primer aniversario de la declaración de la Independencia argentina, el Capitán Bouchard zarpó al mando de la fragata "La Argentina" desde la ensenada de Barragán para cumplir un crucero de corso que duraría dos años y en donde se realizarían hazañas dignas de una película de Hollywood.

En esta nota lo recordaremos a través de un artículo especial escrito por Manuel Sierra Alonso para la BBC y otro de Felipe Pigna de su sitio El Historiador.



¿Por qué la bandera argentina ondeó en el siglo XIX en la capital de California?

Esta es la historia del corsario Hipólito Bouchard quien nació en 1780 en Saint-Tropez, Francia. Desde muy chico se inició como marino y pasaría gran parte de su vida luchando bajo bandera francesa en las costas del norte de África y el Caribe.

Pero su vida tuvo un giro que cambiaría la historia de naciones latinoamericanas cuando en el año 1809 llega a la ciudad de Buenos Aires -tan sólo un año antes de la Revolución de Mayo que dictaminaría el inicio de la independencia argentina del imperio español.

Inspirado por las luchas independentistas, Bouchard se enlistó en la joven armada argentina y luego pelearía como granadero a caballo en la famosa batalla de San Lorenzo, impresionando al propio General José de San Martín, libertador de Argentina.

Gracias a su lealtad y valor en combate se le entregó la ciudadanía argentina en 1813 y dos años más tarde, el gobierno local le expidió la primera patente de corso para que luchara contra los buques españoles en alta mar.


Carta blanca

Fue el 9 de julio de 1817, primer aniversario de la declaración de la independencia argentina, que Hipólito Bouchard, un probado capitán en guerra y leal a la república, zarpó hacia alta mar en la fragata La Argentina cumpliendo con su segunda patente de corso.

Este fue el viaje que más aventuras e historias le dieron a Bouchard, circunvalando el mundo de este a oeste, luchando contra los buques españoles y negreros de cualquier bandera.

Según el presidente argentino, (1862-1868) e historiador Bartolomé Mitre, ninguna expedición corsaria de aquella época fue más beneficiosa ni valiente como la de la Fragata La Argentina .

Durante la campaña en el Pacífico, Bouchard se encontró con la corbeta Santa Rosa a orillas de la isla de Hawáii, la cual desobedeciendo su patente de corso expedida por las Provincias Unidas del Río de la Plata, se había amotinado en Chile y cometido actos de piratería.

Bouchard se entrevistó con el rey de la isla, Kameha-Meha I quien se la había comprado a los rebeldes. Luego de una serie de negociaciones logró que se le entregasen los prisioneros para ser ejecutados bajo las leyes de las Provincias Unidas además de la corbeta a cambio del precio que había pagado por ella, 600 quintales de sándalo.

Cuenta Mitre en su libro Páginas de Historia, que este acuerdo entre el rey y el capitán terminó sellando un pacto entre ambas naciones en donde Hawáii reconocía el carácter autónomo de la Argentina, siendo este el primer estado en hacerlo.


La bandera argentina en Monterrey

Siguiendo la huella de sir Francis Drake, Bouchard zarpó hacia las costas de California el 25 de octubre de 1818 llevando consigo un importante poder de fuego conjugando su fragata La Argentina y la corbeta recientemente recuperada y renombrada Chacabuco.

El 22 de noviembre fondeó su expedición a la entrada de la bahía de San Carlos de Monterey porque sabía que la capital de la Nueva California poseía minas ricas y podrían encontrarse allí tesoros y riquezas destinadas al rey de España, como menciona Alexander von Humboldt en su libro Ensayo político sobre el reino de la Nueva-España.

Otra razón que tenía Bouchard para atacar ahí era que según sus informes las baterías del puerto estaban desmanteladas y que la población no tenía medios eficaces de defensa, lo cual quedaría demostrado más adelante que no era cierto.

El 23 de noviembre comenzó el plan ideado por Bouchard para tomar posesión del fuerte. La idea era simple: enviar la corbeta Chabacuco con bandera americana para luego entrar con la fragata y reducir a la fortaleza.

El plan se vio truncado debido a que la corbeta encalló a poco antes de llegar al punto de desembarque quedando a merced de las 18 baterías que disponía el fuerte.

El capitán de la Chacabuco, William Shipre vio que era imposible retirarse y mucho menos desembarcar, y así fue que dio dos órdenes: izar la bandera argentina y abrir fuego sobre el fuerte.

Shipre se rindió a los quince minutos teniendo a su tripulación diezmada y a la corbeta acribillada ante la impotente mirada de Bouchard a bordo de la Argentina. Ante esta escena se le atribuye la frase: "A los diecisiete tiros de la fortaleza tuve el dolor de ver arriar la bandera de la patria".

"Al amanecer del 23, los dos buques argentinos comenzaron a bombardear el fuerte de Monterrey. Desde tierra respondieron con fuego a discreción. El combate se prolongó hasta la mañana del 24, cuando Bouchard y 200 de los suyos pudieron desembarcar y establecer una cabeza de playa. Derrotaron a una fuerza de caballería de más de 300 hombres. California era argentina. Así lo atestiguaban las banderas de Belgrano que flameaban en lo alto de todos los edificios de Monterrey. (Felipe Pigna) "

Cinco días de ocupación

Como menciona Bartolomé Mitre, esta había sido una pequeña victoria para los españoles del fuerte que no medían la potencia destructiva de la fragata que aún estaba en pie y fuera del rango de alcance de sus cañones.

Tal era la pobreza de recursos que ni siquiera contaban con barcos para hacerse del motín de la embarcación vencida.

Durante la noche, mientras desde el fuerte se escuchaban gritos de victoria y celebración, desde La Argentina rescataron a los sobrevivientes de la Chacabuco dejando sólo a los heridos cuyos gritos de convalecencia podrían alertar a los españoles.

A las ocho de la mañana del 24 de noviembre, la infantería argentina desembarcó a una legua del fuerte, subió por un estrecho desfiladero y redujo a los tres o cuatro centenares de hombres de caballería que le hicieron frente. El resto de las fuerzas del fuerte abandonaron sus puestos y tan sólo dos horas más tarde de iniciado el ataque, la bandera argentina fue izada en el fuerte.

Comenzada la ocupación también se iniciaron las tareas de reparación de la Chacabuco.

Durante los cinco días de ocupación, Bouchard mandó a saquear y destruir todo cuanto edificio español quedara en pie dejando a resguardo a los americanos. El 29 de noviembre de 1818, con la corbeta ya reparada, Bouchard abandonó Monterrey con el objeto de repetir la misma operación en toda la costa mexicana. (Por Manuel Sierra Alonso - Especial para BBC Mundo) 

En Santa Bárbara, ciudad ubicada a 140 kilómetros de Los Ángeles, California. En uno de los muelles de su puerto flamean 
las banderas de todos los países que en algún momento ocuparon el estado. Entre ellas se encuentra la Bandera Argentina


Su Biografía por Felipe  Pigna

Hipólito Bouchard nació el 15 de enero de 1780 en Bormes, cerca de Saint Tropez (Francia). Desde muy pequeño se incorporó a la marina y en un barco francés llegó a Buenos Aires para quedarse en 1809, pocos meses antes del comienzo de la Revolución de Mayo.

Bouchard, un liberal francés, pronto comenzó a sentir una profunda simpatía por las ideas expresadas por el sector más radical de la Junta, liderado por Mariano Moreno, y puso sus conocimientos navales a disposición de la revolución. El gobierno lo nombró segundo comandante de la recientemente creada flota nacional.

El 2 de marzo de 1811, el Combate de San Nicolás de los Arroyos constituyó el bautismo de fuego de la nueva escuadra. Lamentablemente fue una derrota.

El 3 de febrero de 1813, otro bautismo de fuego, el del Regimiento de Granaderos a Caballo al mando de San Martín en San Lorenzo, encontrará nuevamente a Bouchard dispuesto a todo. Dice San Martín en el parte de guerra: «una bandera que pongo en manos de V.E. y que arrancó con la vida del abanderado el oficial don Hipólito Bouchard».

San Martín tomará nota de la actuación del temerario francés y lo tendrá muy en cuenta a la hora de recomendárselo al almirante Guillermo Brown para hostigar a los españoles en el Pacífico y preparar de esa manera el asalto final sobre Lima.

En 1815, comenzó la campaña de guerra de corso dirigida por Brown, con la fragata «Hércules» y el bergantín «Santísima Trinidad» acompañado por la corbeta «Halcón» al mando de Bouchard.

Ya en octubre de 1815, pudieron apresar fragatas españolas y bloquear y atacar el puerto de El Callao. Siguieron viaje y atacaron las fortificaciones cercanas a Guayaquil. En 1816, volvieron a bloquear la entrada al puerto de El Callao y hundieron la fragata española Fuente Hermosa.

Pero la etapa más novelesca de la vida de Bouchard estaba por comenzar. Mitre la resumió de esta manera: 

«…Una campaña de dos años dando la vuelta al mundo en medio de continuos trabajos y peligros, una navegación de diez o doce mil millas por los más remotos mares de la tierra, en que se domina una sublevación, se sofoca un incendio a bordo, se impide el tráfico de esclavos en Madagascar, se derrota a piratas malayos en Macasar, se bloquea a Filipinas, anonadando su comercio y su marina de guerra, se domina parte de Oceanía imponiendo la ley, a sus más grandes reyes por la diplomacia o por la fuerza; en que se toma por asalto la capital de la Alta California, se derrama el espanto en las costas de México, se hace otro tanto en Centro América, se establecen bloqueos entre San Blas y Acapulco, se toma a viva fuerza el puerto de Realejo apresándose en este intervalo más de veinte piezas de artillería, rescatando un buque de guerra de la Nación y aprisionando o quemando como veinticinco buques enemigos…».

El 9 de julio de 1817, zarpó la fragata La Argentina -anteriormente una nave española llamada Consecuencia de la cual se habían apoderado- al mando del capitán Bouchard, desde la ensenada de Barragán para cumplir un crucero de corso, que habría de durar dos años.

Navegando por aguas del Atlántico Sur, llegó a Madagascar y frustró el embarco de esclavos que estaban a punto de concretar tres buques ingleses y uno francés.

La Argentina siguió navegando rumbo a las Filipinas para perjudicar el tráfico comercial de los buques españoles. Rechazaron el ataque de cinco buques piratas malayos.

En las islas Hawai, Bouchard se entrevistó con el rey Kamehameha y firmó un tratado haciéndole reconocer la Independencia Argentina, proclamada por el Congreso de Tucumán. El rey hawaiano gobernaba las islas hacía treinta años y los viajeros lo llamaban el Napoleón de la Polinesia. Había logrado formar una confederación de las islas hawaianas con capital en Karakakowa. Kamehameha le proveyó a Bouchard 100 marinos y le devolvió la goleta Chacabuco, capturada por sus hombres. La flota compuesta ahora por franceses argentinos y hawaianos, puso proa a California, y llegó a su capital, Monterrey, el 22 de julio de 1818. 

Tras duros combates, logró tomar el fuerte y hace flamear la bandera de Belgrano por seis días en California. Tras el ataque a Monterrey, las tropas de Bouchard arrasaron la misión de San Juan, Santa Bárbara y otros poblados españoles de alta y baja California. El 25 de enero de 1819, bloqueó el puerto de San Blas y atacó Acapulco de México. En Guatemala destruyó Sonsonate y capturó bergantines españoles. En Nicaragua, tomó Realejo, el principal puerto español en los mares de Sur, y se apoderó de cuatro buques españoles. Bajó hacia el Perú siguió hostigando las posiciones españolas sobre el Pacífico. Las naves de Bouchard llegaron el 9 de julio de 1819 al puerto de Valparaíso, justo a tiempo para integrarse a la flota que San Martín preparaba para tomar Lima.

La travesía de La Argentina había durado dos años. Durante ese tiempo, Bouchard y su gente sostuvieron trece combates navales, capturaron o destruyeron veintiséis buques y decomisaron la carga de cuatro barcos negreros –y liberaron a sus prisioneros- y de dos naves inglesas y una de los Estados Unidos.

Fuente: elhistoriador.com.ar



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