Francisco "Pancho" Sierra nació el 21 de abril de 1831 en Salto, Provincia de Buenos Aires, Argentina, como hijo de Francisco Sierra y Raimunda Ulloa. Su familia era adinerada y tenía intereses en el norte de la provincia. Francisco fue enviado a Buenos Aires para estudiar, donde se cree que completó su educación secundaria y pasó algún tiempo en la Facultad de Medicina.
Sin embargo, se dice que una relación romántica fallida con su prima Nemesia Sierra cambió el rumbo de su vida. De repente, desapareció de la capital y se estableció en una granja llamada "El Porvenir", entre Carabelas y Colón.
En 1872, Francisco comenzó una nueva fase en su vida, dedicada a "servir constantemente a aquellos que lo necesitaban", como él mismo decía. Refugió a personas pobres en su tierra, distribuyó dinero y trató a pacientes durante casi 20 años.
La leyenda de Francisco comenzó a crecer durante su vida, alimentada por curaciones milagrosas atribuidas a él por la imaginación popular. Muchas personas que habían sido dadas por muertas por los médicos fueron curadas por él, incluidos los ricos propietarios de tierras como Ortiz Basualdo y Roberto Cano.
Cosme Mariño, un cronista, describió cómo Francisco trató a los pacientes en su granja, diciendo que usaba agua magnetizada o sugestión para curarlos. Francisco rara vez usaba la curación práctica, sino que sabía qué estaba mal con un paciente en cuanto salía de su carruaje. Los pacientes eran tratados a través de las fuerzas naturales que algunas personas poseen y desarrollan. Hoy en día, podríamos llamar a estas técnicas hipnosis y psicoterapia inconsciente. Francisco también utilizaba la hidroterapia, que se hizo popular en Argentina durante la segunda mitad del siglo XIX.
Francisco era conocido por tratar la parálisis y otras afecciones. Aunque se basaba en la hidroterapia y la sugestión, se lo recuerda por sus dones como sanador y su disposición a ayudar a los necesitados. Falleció en Pergamino, Provincia de Buenos Aires, el 23 de junio de 1891.
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