El pasado miércoles Kristalina Georgieva respaldó a la misión del Fondo Monetario Internacional que escribió un comunicado donde detalla que el endeudamiento de la Argentina ya “no es sustentable” y que se necesita “una contribución apreciable” de los bonistas. De esta manera se alejó la posibilidad de un posible default que venían saboreando la gente de Cambiemos.
Por otro lado, en una nota escrita ayer para El Destape y firmada por Roberto Navarro y
Ezequiel Orlando, se aseveró que las negociaciones con el Fondo estarían por acordar que la Argentina no comience a pagar el crédito hasta el año 2024 y no realice reforma previsional ni laboral. A cambio, se comprometió a mantener el equilibrio fiscal, pero con condiciones mucho más beneficiosas para el país que las conseguidas por la gestión Macri.
De esta manera Martín Guzmán, consiguió acordar tres años de gracia antes de transferir la primera cuota, El préstamo, que firmaron los funcionarios macristas con Christine Lagarde, establecía que el primer pago debía realizarse en 2021, pero se abonará recién desde 2024.
El equipo de Guzmán cambió drásticamente las condiciones del acuerdo pautado con el macrismo, que establecía que Argentina iba conseguir un superávit del 3%. Para esto, se explicó desde El Destape, que el Fondo planeaba un salvaje ajuste del gasto público que hubiera tirado por tierra la posibilidad de crecimiento en la década siguiente, y que se hubiera profundizado con retrocesos en el régimen jubilatorio y los marcos laborales básicos.
El Gobierno por este acuerdo se “comprometió a mantener el equilibrio fiscal en línea con el programa del ministro de Economía mientras que el FMI aprobó que el déficit fiscal primario alcance el 0,5%, siempre que esté basado en un aumento justificado referido al gasto social.
Sobre el tema del régimen previsional hay que remarcar que Guzmán prepara una fórmula que será semejante a la de Cristina Kirchner, que en el actual período económico no entregará seguramente mejoras considerables al poder adquisitivo de los jubilados, pero sí podrá garantizar la fundamental sustentabilidad del régimen de reparto. El Gobierno por este motivo evalúa entregar bonos para compensar potenciales pérdidas de la capacidad de compra contra la inflación.
Mientras tanto en el globalizado mundo financiero circula una información transmitida por el propio Palacio de Hacienda que indica que los bancos extranjeros como City, UBS, JP Morgan fueron invitados a sugerir distintas propuestas de acuerdo. Según, Marcelo Bonelli de Clarín, los bancos transmitieron el pedido de “un bono que tengan una paridad de mercado por encima de la actual.”
El mismo periodista de Clarín asegura que este contragolpe de Wall Street se debe a que el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI pactaron en secreto hacer anuncios y comunicados para bajar el precio de los bonos argentinos en el mercado para mejorar la posición negociadora de la Casa Rosada. Clarín confirmó que habrá una misión secreta de máximos banqueros la semana próxima en Buenos Aires.
Pero no todo es color de rosas en esta negociación ya que hay un sector que saldrá algo herido y son los tenedores de bonos privados que de víctimas no tienen nada. Los analistas consultados por Bloomberg, el medio informativo dedicado a las noticias de los mercados mundiales, definieron que "los temores de los tenedores de bonos privados se han hecho realidad", según dijo Jimena Blanco, directora de un fondo de inversión, quien agregó que "el Fondo los arroja debajo del colectivo para salvar su posición. La quita tiene que venir del sector privado."
Otros directores de fondos de inversión como Walter Stoeppelwerth, se expresaron en la misma dirección al remarcar que "el hecho de que sea política y económicamente imposible para Argentina constituir un superávit primario es una ruptura total de la norma de las relaciones del FMI con otros deudores de mercados emergentes que están pasando por una reestructuración".
Ahora al parecer será la intención del Fondo Monetario exigir a los bonistas que hagan una fuerte quita al pago de la deuda argentina. haciendo una “contribución apreciable” para compensar las millonarias ganancias que acumularon con la, nada ética, bicicleta financiera en la Argentina. En definitiva deberán asumir un “riesgo moral” por haber especulado con un país que otorgaba sospechosas e impagables ganancias de la mano de Mauricio Macri.
Walter Onorato