El 1° de julio de 1824, el gobierno de Martín Rodríguez, con la colaboración de su Ministro de Gobierno Bernardino Rivadavia, gestionó ante la Baring Brothers un empréstito por 1 millón de libras esterlinas para realizar obras portuarias y de urbanización.
Si bien ellos fueron los objetivos manifiestos, la realidad se distanció finalmente del ideal: el monto acreditado buscó, por un lado, financiar la por entonces “Guerra del Brasil” y, por otro, cumplir con uno de los requisitos para el reconocimiento de la independencia argentina por parte del Imperio Británico y la posterior firma –en 1825- del “Tratado de Amistad, Libre Comercio y Navegación”(1).
El siguiente cuadro permite ver el saldo definitivo del empréstito en cuestión:
Monto original nominal del empréstito ………………….. | £1.000.000 |
Colocados los títulos al 70% ……………………………………. | – £ 700.000 |
Se resta el 12% de los títulos adelantados …………………… | – £ 120.000 |
Se resta el 1% de amortización adelantada ………………….. | – £ 10.000 |
Quedando un saldo de ………………………………………….. | £ 570.000 |
Este importe se reduce aún más por descuentos en concepto de comisiones de los gestores y gastos ………….. | – £ 17.300 |
Quedando un saldo de ………………………………………….. | £ 552.700 |
Fuente: Galasso, Norberto: “De la Banca Baring al FMI: Historia de la deuda externa argentina”, pág. 28. Buenos Aires: Ed. Colihue, 2003.
A partir del cuadro precedente, es posible observar que el monto nominal inicial quedó reducido a un poco más de la mitad, asegurándose acreedores y contrayentes importantes ganancias. A ello debe añadirse el hecho de que el préstamo tenía como garantía hipotecaria las tierras públicas de la Provincia de Buenos Aires.
La comisión que contrajo el empréstito estuvo integrada por John y William Parish Robertson -quienes ocuparon cargos en el gobierno británico-, Félix Castro, Braulio Costa, Miguel Riglos y Juan Pablo Sáenz Valiente; todos integrantes de la burguesía comercial anglo-porteña. Como protagonistas del suceso “de ambos lados del mostrador”, sostenían que la vinculación argentina con acreedores internacionales permitiría el progreso del país, haciendo que se avanzara desde el atraso heredado de la colonización y conquista española hacia la modernidad que representaba la Inglaterra de la “Revolución Industrial”. La historia demostraría el carácter falaz de dicho argumento.
El empréstito fue finalmente saldado a principios del siglo XX. Tomando en cuenta el monto inicial recibido (cercano a las 550.000 libras esterlinas), al haberse pagado cerca de 4.800.000 libras esterlinas, se devolvió casi cinco veces el monto nominal inicial y cerca de 8,64 veces el monto recibido. Así, la deuda externa se convirtió, desde un principio, en uno de los principales condicionantes del desarrollo nacional y en un obstáculo importante para la toma de decisiones políticas autónomas por parte de los gobiernos argentinos.
La deuda no fue ni es sólo un instrumento de expoliación financiera, sino también un instrumento de dominación política de los países centrales para con los países periféricos. Fue este el inicio de una saga de saqueo, corrupción e inequidad para el pueblo argentino.
(1) Disponible en: http://www.lagazeta.com.ar/tratado_de_1825.htm#01
Fuente: museodeladeuda.econ.uba.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario